Seducir a una mujer es como el ajedrez;
una estrategia de principio a fin.
Ganar el juego por regla,
es imposible en menos de cuatro jugadas;
con respecto a ellas,
tienes que inventar más de mil;
a veces tienes que perder piezas
para llegar al rey;
las mujeres siempre están a la expectativa,
tienes que dejarlas en jaque la mayor parte del tiempo.
El juego lo ganas siendo inteligente,
usando la estrategia de la asertividad;
es la farsa más grande que ellas son emocionales,
por el contrario, son más racionales que nosotros;
pero, como no saben lo que quieren,
siempre están desconformes;
tienes que enseñarles lo que las puede hacer feliz;
una jugada mal hecha en el tablero,
es una partida perdida,
no hay vuelta atrás, se acabó.
Nunca lo olvides, siempre es posible ganar,
no hay mujer que pueda revertir un jaque mate.
(Poemario 2, pág. 136, “Capítulo VIII: Amores y reflexión”
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