Mientras duermo me dicen que hablo,
que toda la noche trazo versos,
hilvano poemas apasionados;
mis palabras no mueren,
recobran vida, una distinta,
una mágica donde la realidad se suspende,
una donde la verdad de mis palabras depende;
en la noche no dejo de ser artista,
voy más lejos,
soy una linterna en el vacío del espacio,
ilumino las estrellas.
(Poemario 2, pág. 191, del “Capítulo IX: Acopio esencio-constitutivo”)
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