Horizontes de verdad,
arborescentes destellos de interpretación acertada;
leer la mente de una mujer es simple,
muy fácil,
allí no habita nada,
un vacío abierto a la novedad;
una mujer no sabe lo que quiere,
se le debe generar la necesidad.
(Poemario 2, pág. 134, “Capítulo VIII: Amores y reflexión”
Deja un comentario