Circulo universal de pasión,
sentimiento sempiterno de amor.
Locura sicodélica de multitudes,
eclipse solar en pasto o tierra;
en sociedad pobre u opulenta
se aclama de la misma manera:
con botella o garrafa,con parrilla y cotillón.
Tributo semanal o a veces meridional,
cesa todo cuanto existe por verte.

De efebos en sus primeros pasos,
todos te tratan de dominar;
con los amigos tardes enteras
hasta el ocaso del sol,
se prolonga el ineludible trance de tu girar.
Después del laburo,
como vago en la esquina
o como profesional,
contigo todos quien jugar.
Eres una diversión de los dioses,
privilegio entregado al pie humano.

Remeras de múltiples colores
en corazones sensibles,
origen de eternos romances;
fidelidad varonil más enérgica
que para con esposas,
robas sentir y pensar cuando apareces.
Coloreas la hinchada,
regalas algarabía,
adornas el tablón.
No te marches de este planeta balón,
nos quedamos sin entretención.

Pág. 221-222, del “Capítulo VI: Trova surtida”)